Ella preguntó: me quieres?
El le respondió: y tu a mi?
Ella suspiró y con voz de tristeza le dijo: pregunté yo primero.
Se hizo el silencio, él cogió aire como si fuera a soltar por su boca
palabras que ella no querría escuchar: que más da mis sentimientos, de
verdad importa si te quiero o si estoy enamorado de ti. Lo que deberías
tener claro es lo que sientes tú , el amor es lo más egoísta que existe.
Si te digo que te amo más que a mi mismo, tus sentimientos hacia mi
cambiarían?
Ella lo miró fijamente y justo en el momento en el que iba a responder
se le saltaron las lágrimas. No sabía que decir, ni siquiera sabía si la
decisión que había tomado hace tiempo era la correcta. Para poder amar a
alguien primero se tiene que amar a uno mismo, y ella estaba en ese
momento de la vida en el que no se tiene respuestas, si no simplemente
preguntas.
No se lo que siento, dijo. Lo único que sé es que te mereces alguien
mejor que yo, mereces que te amen como tú me has amado a mí.
El le agarró la mano, acariciándole sus dedos le dijo: yo no sé lo que merezco yo lo único que sé es que te amo a ti.