Que pena que no puedas leer esto

Jamás pensé que te iba a querer tanto. Llegaste casi sin quererlo y en muy poco tiempo te quedaste para siempre, y cuando digo para siempre es para siempre, aunque algún día tu cuerpo no esté, tú seguirás aquí presente. Era impensable que pudiera tener estos sentimientos hacía ti, pero con tus actos te los has ganado a pulso. Que pena que sólo podamos mirarnos, que yo te hable y no puedas contestarme con palabras, que pena que no puedas leer esto. Me conformo con tus caricias cada mañana, con tu carita que desprende amor sin condición, con tu forma de jugar, con tu forma de dormir, con tu forma de ladrar.

No sé

No sé si escribo por amor al arte
No sé si escribo para enamorarte
No sé si camino hacia delante
No sé si el amor es lo más importante

No sé porque lo hago
No sé si está bien hecho
No sé lo que tu piensas
No sé, de estos versos

No sé que estás haciendo
No sé que estás pensando
No sé que es lo que quieres
No sé que es lo que sientes

No sé si lo leerás 
No sé si te gustará 
No sé si tu vendrás 
No sé si me amarás 

Miradas

Hay miradas que no dicen nada pero también hay miradas que lo dicen todo. Eso fue lo que pensó al verlo la primera vez. Nunca le había pasado nada igual, fue un momento casual, pero a su vez fue la mejor casualidad que le había pasado jamás. 
No se dejo intimidar por su mirada directa, al contrario, lo desafió mirándolo fijamente sin pestañear. Por su mente se le habían pasado mil cosas en un solo segundo, pero todas ellas unidas a la ciencia ficción. Incluso, ya tenía elegido el nombre de los hijos que iban a tener en común, ya que ella se veía toda la vida junto a él a pesar de que no habían cruzado ni una sola palabra. Pensó que ahora o nunca, pensó que esta vez no se le podía escapar, incluso se prometió a si misma que lo iba a intentar.
Se le pasaron tantas cosas por la mente que cuando, por fin, decidió lanzarse, él ya se había ido.

Y tú...

Y tú, y tú sólo sabes llegar hasta ahí simplemente con una mirada.
Y tú, y tú sólo sabes lanzarme al abismo para después rescatarme.
Y tú, y tú sólo sabes decirme te odio y después darme un beso.
Y tú, y tú sólo sabes hacerme creer que puedo con todo.
Y tú, y tú sólo sabes tenderme la mano en días de lluvia.
Y tú, y tú sólo sabes hacerme sentir sentimientos imposibles.
Y tú, y tú sólo sabes dármelo todo sin quitarme nada.
Y tú, y tú sólo sabes que se me salten lágrimas de enamorado.
Y tú, y tú sólo sabes decir la palabra en el momento perfecto.
Y tú, y tú sólo sabes leerme los ojos sin abrir la boca.
Y tú, y tú sólo sabes ni lo que yo mismo se.

Me quieres?

Ella preguntó: me quieres?

El le respondió: y tu a mi?

Ella suspiró y con voz de tristeza le dijo: pregunté yo primero.

Se hizo el silencio, él cogió aire como si fuera a soltar por su boca palabras que ella no querría escuchar: que más da mis sentimientos, de verdad importa si te quiero o si estoy enamorado de ti. Lo que deberías tener claro es lo que sientes tú , el amor es lo más egoísta que existe. Si te digo que te amo más que a mi mismo, tus sentimientos hacia mi cambiarían?

Ella lo miró fijamente y justo en el momento en el que iba a responder se le saltaron las lágrimas. No sabía que decir, ni siquiera sabía si la decisión que había tomado hace tiempo era la correcta. Para poder amar a alguien primero se tiene que amar a uno mismo, y ella estaba en ese momento de la vida en el que no se tiene respuestas, si no simplemente preguntas.

No se lo que siento, dijo. Lo único que sé es que te mereces alguien mejor que yo, mereces que te amen como tú me has amado a mí.

El le agarró la mano, acariciándole sus dedos le dijo: yo no sé lo que merezco yo lo único que sé es que te amo a ti.